Fuente: AEP

Por ellos y su bienestar seremos incansables

Los resultados en términos de salud infantil del modelo de atención pediátrica en atención primaria de nuestro país son incuestionables. Razón por la cual no se entiende cómo las autoridades competentes parecen mirar para otro lado mientras este modelo asistencial, ejemplo a seguir para media Europa, está en peligro.

El consejero de sanidad del Principado de Asturias, Francisco del Busto, realizó unas muy desafortunadas declaraciones el 21 de diciembre de 2017 que fueron recogidas por el diario El Comercio en las que manifestaba que, cito textualmente: “de aquí al año 2025 probablemente la especialidad de atención primaria pediátrica desaparezca”. Y añadió que “se camina hacia el modelo del norte de Europa donde la pediatría es asumida por médicos generalistas”.

Declaraciones que de ninguna manera podíamos dejar pasar por alto sin respuesta. Por ello, la AEP coordinando a los presidentes de otras cuatro asociaciones de pediatría y representando conjuntamente a más de 11.000 profesionales españoles respondió al consejero en una carta mostrando la preocupación y desazón provocadas por sus palabras. La misiva fue firmada por los presidentes de la Asociación Española de Pediatría (AEP), de la Sociedad de Pediatría de Asturias, Cantabria y Castilla y León (SCCALP), la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP), la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria (AAPap), así como por la vocalía regional de Asturias de SEPEAP.

En el escrito dejamos constancia de lo “engañoso” que resulta equiparar la formación especializada de los pediatras a la de otras disciplinas médicas “sustituyendo a unos por otros en las consultas como si fuesen equivalentes”. Las publicaciones científicas demuestran que, en países desarrollados, la atención infantil y adolescente en manos de los pediatras presenta un mejor cumplimiento de los programas de vacunación y de las recomendaciones de las guías de práctica clínica de enfermedades de elevada incidencia y prevalencia en estas edades, en comparación con la ofrecida por los médicos generalistas, demostrándose así que, cuando los niños son atendidos por pediatras, se disminuye la morbilidad y mortalidad en esta población.

Resulta paradójico que, mientras que la Sociedad Americana de Pediatría, la más prestigiosa del mundo desarrollado, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) preconizan que la atención a la población pediátrica se considere hasta los 18 años por su especial vulnerabilidad y riesgo y porque representa la futura población activa de las naciones, los responsables sanitarios de nuestro país acepten una situación motivada fundamentalmente por falta de previsión.

Es “imprescindible” acometer un plan serio de ajuste en la reposición de las jubilaciones de pediatras y en la oferta del número de plazas de MIR de pediatría, necesarias para cubrir organizadamente la atención pediátrica en todos los niveles asistenciales, atención primaria y hospitalaria, ampliando la rotación por atención primaria dentro de la formación pediátrica. Asimismo es necesario incentivar la ocupación de aquellas plazas de difícil cobertura como, por ejemplo, las que se encuentran en el medio rural.

No ha tardado en responder el consejero Del Busto. En su escrito asegura que el Principado de Asturias está plenamente comprometido con una atención pediátrica de calidad, y se ha mostrado interesado en colaborar en la búsqueda de medidas que contribuyan a solventar la situación de manera satisfactoria para todos los actores implicados. Por su parte, el partido político Ciudadanos se ha pronunciado también al respecto de la situación de la atención pediátrica en la comunidad. Y el pasado 19 de enero el consejero y el gerente del Servicio de Salud (SESPA), José Ramón Riera, mantuvieron una primera reunión con el responsable de la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria.

Esperamos que este sea el inicio de un movimiento de reconocimiento de la pediatría que llegue hasta las instituciones nacionales. Desde la AEP no vamos a dejar de luchar por defender el excelente modelo de atención primaria pediátrica existente en nuestro país. Y la manera de ponerlo a salvo es trabajando conjuntamente con las instituciones en la puesta en marcha de medidas eficientes que aseguren su continuidad. Una situación que la AEP no se cansará de procurar y una labor para la que la AEP ofrecerá siempre la máxima colaboración. Tenemos una prioridad: los niños y sus familias, y por ellos y su bienestar, seremos incansables.

Comité Ejecutivo de la AEP